lunes, 17 de noviembre de 2008

VIDA RELIGIOSA

IGLESIA DE SAN AGUSTIN



Fue erigida en 1596 con la colaboración del capitán de Infantería don Juan Príncipe, teniendo como nombre inicial el de Ermita de San Sebastián en honor a este mártir, siendo obispo de la Diócesis el señor don Sebastián de Ocando. Los padres Juan Adame de Monte Mayor y Antonio de San Guillermo fundaron en 1634 en esta “Iglesia de San Sebastián” el convento “Agustinianos Descalzos”, tomando entonces el nombre de “Iglesia de San Agustín”. Se clausuro en 1776.
El señor obispo don Simón y Rodenas de Santa Memoria, firmo el acta de erección de esta parroquia el 7 de junio de 1907.


CATEDRAL DE SANTA ANA


Construida frente al costado sur de la Plaza del 29 de mayo. Comenzó a ser levantada en 1576, pero sólo fue hasta el siglo XVII cuando culminó la obra.



En 1875 el sismo que destruyó a Cúcuta, echó por tierra la torre y lesionó gravemente la estructura de la iglesia.

Es la iglesia matriz de Ocaña, dedicada a la advocación de Santa Ana. A su lado se levanta el palacio episcopal, sede de la Diócesis de Ocaña.


IGLESIA JESUS CAUTIVO


Se encuentra localizada hacia el sur de la ciudad, en el barrio de El Carretero. Su construcción se inició en 1895 y fue bendecida solemnemente en 1899, una vez terminada la guerra de los Mil Días. Se venera en este templo una imagen en piedra de Jesús aparecida según las crónicas, en 1846.

Historia de la Aparición de Jesús Cautivo (1846)
Hacia el año del Señor de 1846, habitaba en una modesta casa del antiguo barrio de “El Carretero” la señora Atanasia Portillo, mujer sencilla y de acendrada fe católica, quien por secretos designios Providenciales, tuvo la dicha de hallar la tosca piedra en que misteriosamente apareció la imagen de Jesús Cautivo.
Lavando un poco de maíz la señora Atanasia Portillo de Navarro, para hacer más fácil su tarea cogió al azar una piedra que le sirviera para elevar más de un lado la vasija que utilizaba, pero como la piedra se deslizaba a cada momento, resuelve lavarla y guardarla a fin que sirviera a algunos de sus hijos para el juego del tejo. Al sacarla nuevamente nota algo sobrenatural en ella, algo que doña Atanasia con su fe sencilla y candorosa ve como una imagen del Redentor envuelta en espesas brumas. Con toda reverencia la coloca en el rústico altar de la casa y empieza a alumbrarla.
Al poco tiempo la imagen fue haciéndose más patente y la noticia del milagro se extendió por toda la comarca, en términos que años más tarde se levantó una hermosa capilla en el mismo sitio en que fue hallada la imagen, en donde recibe diariamente la veneración de sus devotos.
La imagen es la del ECCE-HOMO y perfectamente se distinguen las facciones hasta las ligaduras que aprisionan sus manos.


IGLESIA DE SANTA RITA




Arquitectura religiosa tradicional. Data del siglo XVI. Funcionó allí el tribunal de la Santa Inquisición. Su nombre está vinculado a la leyenda del encomendero Antón García de Bonilla.


IGLESIA DE LA VIRGEN DE TORCOROMA (Urbaana)


Localizada sobre la calle Real (calle 11, carrera 11, esquina). Construcción arquitectónica de estilo colonial. Data de 1749. Fue su arquitecto el español Manuel de Alba.
En este templo se venera la imagen de la Virgen de Torcoroma, aparecida según los documentos históricos, el 16 de agosto de 1711.

El 70% de los habitantes de la ciudad ocañera pertenecen a la religión católica y el 30% está compuesto de otras religiones como: los adventistas, los testigos de Jehová, la alianza, la iglesia unida pentecostal entre otros.

domingo, 16 de noviembre de 2008

FIESTAS Y FERIAS

FIESTAS, FERIAS Y CARNAVALES



GENERALIDADES



La mezcla de españoles y hacaritamas dio por resultado un nativo singular, de espíritu autónomo, rebelde, egoísta y absolutamente curioso y burlador de las bienaventuranzas y desgracias ajenas, pero especialmente inclinado a la fiesta y la bohemia, dejando entrever en el baile el ritmo innato de su ascendencia caribe.

Las fiestas hacen parte de la idiosincrasia del ocañero; son extremadamente largas, que se inician con las celebraciones de los grados de noviembre, cuando bachilleres y universitarios intercalan celebraciones para lograr una parranda consecutiva que empata con la novena de aguinaldos, la nochebuena, el fin de año, y que termina con una maratón de baile y aguardiente en el desenfreno de los carnavales el 6 de enero del año siguiente.

Es entonces cuando el tranquilo acontecer ocañero sufre un vuelco radical. El tráfico se congestiona permanentemente, agravado por la algarabía de los músicos, las cabalgatas, los vendedores, las minifaldas y los juegos de pólvora.

Se presentan formas muy particulares de hacer la fiesta, algunas no tan ortodoxas ni legales, como beber mientras se da vueltas a la ciudad en un carro que deja escuchar la estridencia de su equipo de sonido; con la parranda que reúne varios amigos en campitos, kioscos o casas, donde generalmente no se baila, pero la lengua chisporrotea al son de la música de cuerda y del aguardiente y el bolegancho, antiguo tres brincos, chirrinchi o tapetusa. La parranda tiene ocasionalmente como disculpa el sancocho. Los jueves, o "juernes", los viernes y los sábados los jóvenes optan por reunirse en el parque de San Agustín o en el Coliseo, aunque a veces trasladan el sitio de sus preferencias de acuerdo a la discoteca de moda, o al movimiento de la llamada zona rosa.

Otros, a falta de una reunión más oficial, prefieren reunirse, como quien no quiere la cosa, en una esquina, sosteniendo paredes, mientras esconden la botellita que ingieren con rapidez increíble, al compás de la cháchara locuaz y maliciosa. Otras veces lo hacen en las puertas de almacenes y tiendas, manteniendo el licor dentro del establecimiento a donde entra uno por uno, mientras se escuchan expresiones como estas:
Metámonos un carpetazo, tomate uno, empújate el otro, vení zámpate un guarilaque, echémonos un guacharacazo, servime un bolesiete (por tres brincos y gaseosa cuatro), adentro con este palo, echémonos a la perdición, pásame los anetoles, metete un campanazo, y muchos más de la jerga boleganchera.
Unos hay que proclaman a los cuatro vientos su repudio por las fiestas y se van a Pueblo Nuevo u otro sitio, bien provistos de comida y aguardiente, y regresan a los tres días, verdosos y famélicos, moribundos del guayabo.


LAS FERIAS

Dice Raúl Pacheco Ceballos que las ferias se remontan a 1849, cuando una ordenanza de ese año mandaba: “Habrá una feria en esta ciudad que comenzará desde el siete hasta el quince del mes de enero de cada año”. Pero esos buenos deseos fueron truncados brutalmente por una espantosa epidemia de cólera que causó en Ocaña, muerte y terror.
En ciertas épocas del año llegaban a la ciudad negociantes, especialmente de ganado y productos agrícolas, que hizo necesario organizar la feria.
La primera importante se realizó entre el primero y el seis de enero de 1920, simultánea a una exposición industrial, artística y agropecuaria. Su presidente fue don Julio R. Jácome Niz, quien premio a los participantes con medallas y dinero.
Iniciada la feria llegaban los “reinosos” procedentes del reino, o del interior con sus mercaderías de Boyacá, trabajos en cerda, cuerno y cuero, frenos de suesca con sus coscojos y bocaos, monturas y zamarros de Chocontá, sogas de crin de caballo de hasta cuatro metros de largo, cobijas de lana virgen, de todos los aperos para las jáquimas de las bestias, en cuero trenzados o torcidos que eran muy apetecidos.
El carácter artístico de las feria se perdió hasta 1972 siendo alcalde Alfonso Carrascal Claro, nombró un coordinador cultural en la junta de Ferias y Fiestas, el Grupo Escénico de Ocaña G.E.O.
El antecedente lo había dado en 1961 el alcalde Carlos Daniel Lemus, quien auspició el desfile de los Genitores, dirigido por Carmito Quintero, con la ayuda de Alfonso Carrascal Claro y Carlos Torrado Clavijo.
Los eventos de la feria se realizaban en la Primavera y en el Caro, hasta que en 1966 se inició una campaña orientada por Gabriel Neira Quintero para construir el Coliseo de Ferias. Fue respaldado por el diputado Ramón Sanjuán Quintero, quien incluyó en el presupuesto departamental doscientos mil pesos para la iniciación de los trabajos. Dicha plaza de ferias se denominó el “Toro Sentao” con instalaciones apropiadas para exposiciones de ganado vacuno, caballar y menor, además de un gran salón que se colma de orquestas y bailarines al llegar la feria.

EL CARNAVAL


El carnaval nace en Grecia e Italia y básicamente era, en sus comienzos, una fiesta en honor a los dioses protectores de la agricultura y de los rebaños. Estas fiestas tienen origen mucho antes de la aparición del cristianismo y su llegada al Nuevo Mundo se remonta a la Colonia.
Saturno era el dios romano de la agricultura. Las fiestas en su honor comenzaban a partir del 19 al 26 de diciembre. En esos siete días eran suspendidas todas las actividades económicas y todos, inclusive los esclavos, se iban a participar de los saturnales, de la mano del dios Saturno, cuya estatua era desamarrada en esos días para que él también pudiera salir a las calles a gozar de las fiestas.

Saturno, es el origen de lo que hoy conocemos como Carnaval, tanto en Europa, como del norte de Africa y América.
El origen del carnaval se puede localizar a quinientos años antes de nuestra era. Luego, el cristianismo aparece en Europa y las fiestas cambian de fecha y de significado. Se inicia en la cultura occidental el rito de la cuaresma y surgen otras celebraciones que indirectamente recuerdan a Saturno.
Estas fiestas comenzaron a llamarse Carnaval, palabra de origen italiano (Carnavale, derivada a su vez de Carnelevare: CARNE=carne y LEVARE=quitar) que significa en términos simples la preparación, con una inmensa fiesta, una fiesta más grande que el mismo mundo, para la abstinencia de carne que se debía guardar a partir del miércoles de ceniza. Por eso los grandes carnavales todavía hoy terminan el martes, víspera de la cuaresma.

Los conquistadores españoles y portugueses trajeron a América dos tipos de carnaval. Uno era llamado Carnaval Urbano, lleno de lujos y de grandeza, imitativo del fastuoso carnaval de Venecia, y el de Brasil ( Carnaval Urbano de Portugal); y el otro tipo de carnaval que llego a nuestro continente fue el Carnaval Rural, originario de los campos españoles, donde los campesinos celebraban las fiestas con máscaras, tirando agua y harina. Eran celebraciones de tipo agrícola.

Por otra parte, en el Caribe colombiano, se asienta el carnaval rural. Referencias que datan de 1774, en Cartagena, informan de unas fiestas donde las clases con poder económico y militar usaban máscaras y se lanzaban harina, al tiempo que bailaban minué y contradanza. En las zonas rurales, en las riberas el río Magdalena, las celebraciones estuvieron ligadas a las costumbres indígenas y negras, unidas a la simbología cristiana.
El auge económico debido a las exportaciones de café y añil, propicia el nacimiento formal, como fiesta organizada, del carnaval de Barranquilla en 1876. El río Magdalena se encargaría de comunicar esa tradición a lo largo del país.

Puede decirse que en Ocaña, la bonanza económica de comienzos de siglo originó los carnavales. El centro vital de estas festividades era la Feria Exposición. En 1920, según Luis Sánchez Rizo, se llevó a cabo la primera feria. Se dieron cita allí los pequeños industriales de la región, predominando los que venían de Barranquilla. La crisis económica de los años posteriores debilitaría el carácter de feria y afianzaría un carnaval que tiene raíces en el río: aspersiones de agua y harina, disfraces, carrozas y reinas. Pero en el fondo, nuestro carnaval es producto de costumbres heterogéneas y de intereses distintos; la inmigración del campo a la ciudad ha ido formando, en los últimos años, una fiesta sin eje tradicional, predominando la espontaneidad, la falta de creatividad y asomándose en el panorama una violencia, algunas veces encubierta y otras descaradas. Nuestras fiestas carecen del personaje central que convoque alrededor de él la fiesta. El carnaval nuestro es carnaval en el sentido amplio y profundo: es un margen de tiempo destinado al goce, a la alegría desenfrenada, es la válvula de escape de todos los problemas del año, es el espacio para el llanto y la risa, para el amor, es el triunfo del Dios Momo (el dios de la risa), una risa que corre alada, de carnaval en carnaval desde los lejanos Saturnales en Roma.

Las instituciones coloniales reprimieron, con todos los mecanismos posibles, cualquier manifestación cultural de los esclavos que chocara contra los intereses de sus exploradores; pero como era necesario brindar determinado día de descanso, se instituyeron los llamados
Cabildos de los Negros o días festivos donde se creaba una ilusión de libertad. De esa forma se hicieron famosos los carnavales que celebran los esclavos en Montevideo y la Habana para el 6 de enero.

En Colombia, el más antiguo parece ser el Carnaval de Negros y Blancos en Pasto. Este tiene origen en la colonia, cuando a los esclavos se les permitía divertirse el 5 de Enero y los patrones los agasajaban pintándose la cara de negro. El 6 de enero era retribuido el homenaje: los negros se pintaban el rostro de blanco para agasajar a sus patrones. Otro carnaval que se celebra en enero cada dos años desde 1850 es el Carnaval del Diablo, en Río Sucio, Caldas.

En Ocaña como en otros lugares, los ritos religiosos propiciaron la creación de dramas y disfraces que fueron el preámbulo de los carnavales, especialmente los de las celebraciones de la fiesta de Corpus y la fiesta de Reyes del 6 de enero.
En 1786, la precursora de los carnavales, doña Juana Lázaro Velásquez contrató costureras para la elaboración de los disfraces de diablos, indios, santos y preparó los escenarios de las fiestas, que describe así Alejo Amaya en “Los Genitores”, “Entre repiques y petardos que hacían saltar de gozo el corazón, llegaba por fin la fiesta ambicionada. Desde el amanecer trabajaban como hormigas en las cuatro esquinas de la plaza multitud de chapetones y de criollos, que sudaban el kilo trasponiendo montañas con sus grutas sombrías”.
Al terminar los oficios religiosos los disfrazados se convertían en motivo de curiosidad y regocijo, especialmente los diablitos, a quienes los pelafustanes halaban de la cola para hacerse perseguir en medio de la hilaridad del público.
En la noche, las gentes se reunían, ya achispadas, para disfrutar de la fiesta preparada por doña Juana, los elegantes invitados se mezclaban con diablitos y santos, y con los sacerdotes que habían propiciado la celebración.
Existía pues una comunión entre la festividad religiosa y la pagana.
Los bailes duraban hasta tres días, durante los cuales, escribe Monseñor Pacheco: “Los espíritus eran dominados por el anestésico anís y las vibraciones del triple, la guitarra y el tamboril”

El barranquillero Enrique Ruiz Machuca lideró una campaña para organizar el primero de nuestros carnavales, y el Concejo Municipal acogió la idea, así que en noviembre de 1945 nombra la primera Junta del Carnaval que quedo integrada de la siguiente manera: Presidente: Enrique Ruiz Machuca; Vicepresidente: Alejo Conde Pacheco; Tesorero: José Vicente Navarro; secretario: Gustavo Quintero; Vocales: Ciro Osorio Quintero y Orlando Trigos. Ellos organizaron el primer carnaval que se realizo con todo éxito entre el 4 y el 6 de enero de 1946. Se permitió el lanzamiento de confetis, agua y maicena y unos capuchones similares a los de los nazarenos pero de variados colorines. A estos la Alcaldía exigía coserles un número que identificaba de quien era propietario el capuchón. Con esta medida se pretendió evitar desmanes que de todas formas se dieron.
En los inicios del Carnaval un incidente hizo suspender el uso de capuchones. El padre Heriberto Martínez, fue objeto de ofensas, luego de llenarlo de maicena. El Clero indignado, declaro a Ocaña en “Entredicho eclesiástico” y los sacerdotes no volvieron a celebrar misas mientras duró la sanción clerical, los fieles debían trasladarse a Río de Oro. Posteriormente la iglesia interpuso su poder para impedir futuros carnavales, pero ya era tarde, el pueblo no permitió que estos se suspendieran.

En los carnavales tiraban serpentinas; los señores a las damas les echaban perfume tabú. A la cáscara de huevo le abrían dos huecos, le quitaban la yema y la clara, para llenarla de agua con menticol y la usaban para reventarla en la cabeza de los ocañeros. Para ellos ese mes era de mucha importancia porque llegaban los Reyes Magos. Las carrozas eran muy bonitas. En la actualidad el dos de enero se realiza en las horas de la tarde el desfile de carrozas con las candidatas y en la noche el reinado de la tercera edad en el barrio Villanueva y el tres se elige la reina del carnaval para dar inició a estas festividades del cuatro al seis de enero.

Para concluir nuestros carnavales vienen del río, de la Colonia, han viajado desde España y nacen aquí como allá, de una necesidad fundamental para cualquier sociedad: necesidad de libertad y de felicidad.

DESFILE DE LOS GENITORES


Escenificación de la historia de la Ciudad de Ocaña, revelando sus momentos estelares y los valores de la tradición popular.
La ciudad de Ocaña al igual que los municipios que componen su territorio, tienen una diversa riqueza cultural compuesta de costumbres, leyendas y tradiciones esencialmente españolas. De ahí, que en 1960 un grupo de Ocañeros - entre los que se encontraban Carmen Eliécer Quintero, ya fallecido, y el compositor y declamador Alfonso Carrascal Claro - fundamentados en la obra literaria del médico e historiador Alejo Amaya denominada “Los Genitores”, tienen la idea de escenificar la historia de la ciudad desde el momento de su fundación, hasta el año de 1810. Para dicho fin recurren a una metodología que consiste en extractar la historia por etapas o cuadros debidamente organizados de manera cronológica. En consecuencia, se puede definir el Desfile de los Genitores como un gran espectáculo en el cual se integran elementos teatrales, musicales y plásticos, con el fin de escenificar la historia de la ciudad de Ocaña, destacando sus momentos estelares y los valores de la tradición popular. Sus integrantes - cerca de 750 personas- se agrupan formando cuadros en riguroso orden cronológico, y realizan una marcha desde el extremo norte de la ciudad, recorriendo las calles de La Amargura y Real. Durante el trayecto se llevan a cabo algunas representaciones teatrales (" fusilamiento de Agustina Ferro", "marcha de los colorados", "debates de la Gran Convención", etc.) que causan mayor atractivo e impulsan a las gentes a indagar sobre el significado histórico de los cuadros. En el año 1991 se constituyó la Corporación Cultural y Artística "Desfile de los Genitores", con el fin de garantizar la permanencia del evento y velar por su desarrollo. LOS SÍMBOLOS La Escudo de Ocaña: anteriormente la ciudad había adoptado el escudo de la Ocaña española, pero para la conmemoración del Sesquicentenario de la Gran Convención, año 1978, el Honorable Concejo acogió la idea de dejar sólo El castillo y la Corona Ducal en forma de blasón sobre fondo azul extenso, esto es lo que se conserva del escudo hispano. La bandera de Ocaña, Largo dos veces lo ancho, dividida en cuatro rectángulos, con los colores blanco y verde contrapuestos. La bandera nacional, nuestra ciudad pertenece a la zona andina de la República de Colombia. El Himno de Ocaña, El himno fue adoptado mediante decreto 150 del 14 de diciembre de 1994. Se inicia con el coro: “Ocañeros con todo el orgullo…” La letra es del escritor Mario Pacheco García; la música del maestro Guillermo (Memo) Lemus Sepúlveda, ya fallecido. Los arreglos orquestales corresponden al maestro Raúl Rosero.
COMPARSA DE LOS INDIOS HACARITAMAS
A la llegada de los conquistadores, la región de Ocaña se encontraba habitada por diferentes pueblos aborígenes cuya denominación genérica de "Hacaritamas" se ha conservado tradicionalmente. Sin embargo, dada la característica del territorio como zona de expansión caribe, y con base en los descubrimientos arqueológicos realizados a partir de 1932, por los padres Debill y Escobar, bien puede determinarse que en la antigua Provincia de Ocaña se destacaban dos culturas: Los Hacaritamas, y la denominada Cultura Mosquito, cuyos vestigios responde a la misma concepción estética, fabricación y fines que los descubiertos en Honda y Tamalameque. La indumentaria de esta comparsa esta constituida por el generalizado “taparrabo” y las "mantas de algodón", a las cuales hacen alusión algunos historiadores. La armería esta representada por flechas, arcos y macanas. COMPARSA DE LOS CONQUISTADORESEl capitán Francisco Fernández de Contreras por orden de don Ortún de Velazco y la Real Audiencia fue el encargado de dirigir a su tropa en pos del hallazgo de una ruta por el nororiente conquistado, que comunicara rápidamente a la Nueva Pamplona con el río grande la Magdalena y Santa Marta.
En la travesía el oficial tuvo que enfrentarse a la agreste topografía y los hostiles indios Carates, a los cuales dominó después de despiadadas contiendas. Habiendo superado tales vicisitudes ingresó al terreno de los pacíficos indios Hacaritamas, donde encontró un hermoso valle, un benigno clima y el ambiente propicio para desarrollar la vida con comodidad. Allí rancheó con su tropa el 26 de julio de 1570. Luego de inspeccionar el lugar y recibir el trato amable de los aborígenes fundó la Villa de Ocaña, el 14 de diciembre de 1570. Ocaña fue fundada en honor del Presidente Venero de Leiva, gobernante de la época de la Nueva Granada y quien era oriundo de la ciudad homónima en España. La integra un grupo de conquistadores comandados por el fundador Francisco Fernández y un fraile, que lleva en sus manos la cruz alta. Componen el vestuario armaduras, cotas, calzón corto y medias largas; como armamento, portan espadas y lanzas. Los modelos fueron tomados de representaciones artísticas de la Conquista y la Colonia. COMPARSA DE LA LEONELDA HERNÁNDEZ.La base histórica de esta comparsa se remonta a finales del siglo XVII coincidiendo con la visita pastoral que en esos días hacia a sus feligreses de la comarca ocañera, el Ilustrísimo señor Obispo de Santa Marta, Monseñor Liñan de Cisneros, en el mes de Enero del año 1667.
La leyenda tiene como escenario la población de la Loma de González (Hoy municipio del Cesar) y el Cerro de la Horca, en la ciudad de Ocaña. Leonelda era una joven hechicera de la tribu Búrbura, a quien la Santa Inquisición condeno a muerte debido a " sus practicas de hechicería” y tener a todos los pueblos circunvecinos de convertirlos, un día cualquiera, en infectas lagunas de aguas letales. La rebelde mujer es conducida a Ocaña, y ya casi a punto de cumplirse la ejecución, lanza un imponente grito: ¡Aquí de los Búrburas! Y como llamados ante un conjuro misterioso, brotan de todas partes los indómitos nativos que después de asaetear a la soldadesca y colgar a su jefe, parten con Leonelda hacia sus reductos inexpugnables. Para el pueblo ocañero, Leonelda representa la altivez, el orgullo aborigen y el principio libertario de su raza. Su historia ha dado lugar a numerosos escritos literarios, poemas, obras teatrales y piezas musicales, que prolongan en el alma popular su existencia. Como vestuario utiliza un sencillo sayo hecho de algodón, y va acompañada de un piquete de soldados españoles vestidos a la usanza de la época. COMPARSA DE ANTÓN GARCÍA DE BONILLA García de Bonilla es la antítesis de la leyenda anterior. Fue, indiscutiblemente, un personaje real, como lo demuestran los documentos históricos Era don Antón García de Bonilla -dice el historiador Alejo Amaya- hijo de don Antón, el Conquistador valiente de su mismo apellido. Heredo de su padre con el temple toledano de su alma, crecidísimo caudal que aumento aun más el poder de indomable energía, de talento y de asombrosa actividad. Casado muy joven con doña María Téllez, linda como una rosa al abrirse, buena como el trigo candeal, e hija del linajudo don Luís Téllez Blanco Girón.
El primer registro escrito de esta leyenda, que veremos seguidamente, lo realizo el cronista Ciro A. Osorio Quintero, en su obra "El Valle de los Hacaritamas". Dice don Ciro A. Osorio: “Cuando un día desventurado, en una de sus haciendas, sus hijas y sobrinas cayeron víctimas de la epidemia, y la ciencia vencida le abrió paso a la muerte inminente, don Antón, atribulado, pensó en Santa Rita, la santa milagrosa que se venera en una calle melancólica de Ocaña. Sin reparar en la hora ni en el mal tiempo, don Antón emprendió viaje precipitado a la ciudad seguido de sus criados y cabalgaduras de remuda...” “Hasta que al fin, a la segunda, muy cerca de las doce, llego al santuario y se echo a los pies de la Patrona de los desesperados...” Hecha la promesa formal a trueque de la salud de sus idolatradas enfermas, don Antón regresó a su hacienda. Como por ensalmo, los hermosos luceros de sus ojos habíanse restablecido notoriamente... Paso el tiempo. Vino la vejez y con ella llegó la muerte. Don Antón no volvió a acordarse de Santa Rita. Pero Santa Rita no se olvidó de Antón “. Tipifica este relato, que recoge la leyenda de Antón García de Bonilla, el famoso “desandar”, tan común en el folclor español que ha quedado en el pueblo colombiano vertido en numerosos ejemplos escritos. La promesa incumplida hace que la persona, al morir, recorra como “alma en pena” los sitios relacionados con ella. Para los habitantes de la Provincia de Ocaña, García de Bonilla representa las características propias del “señor” español: hidalguía, filantropía, porte varonil y reciedumbre de espíritu. Por ello, su figura, junto con la de Leonelda, producen en el sentimiento popular la síntesis ideal de su actual modo de ser. El cuadro que en el Desfile de los Genitores hace referencia a García de Bonilla, lo integran, él y su esposa María Téllez, sus dos hijas, su hombre de confianza, Teofilo y tres arrieros con sus respectivas mulas. Vestuario, a la usanza de entonces.” COMPARSA DE LA ROMERÍA
Las creencias religiosas han sido para los ocañeros, parte integrante de su esencia misma. Por ello, no podía faltar en este magnifico desfile, la representación de uno de los acontecimientos más significativos para el pueblo: la aparición de la Virgen de Torcoroma, ocurrida en el monte de su mismo nombre, el 16 de Agosto de 1711. El cuadro hace alusión directa a la entrada a Ocaña de la imagen 5 años después del hecho (15 de Diciembre de 1716). El grupo va precedido por un sacerdote revestido y un numeroso caudal de romeros, todos con atuendos de la época. Llevan con ellos la milagrosa imagen y van entonando salmodias. COMPARSA DAMAS Y CABALLEROS DE LA COLONIA
Constituye uno de los cuadros más vistosos del Desfile. Esta compuesta por señores y señoras que marchan luciendo costosos vestidos del siglo XVIII. Se destaca aquí la proverbial belleza de la mujer ocañera que tantos escritores y viajeros han alabado en diferentes épocas. Las damas llevan traje largo, mantillas, abanicos y peinetas; los caballeros, sombreros, chambergo y capa. COMPARSA DE LAS AMAZONASEs una variedad de la anterior. La diferencia estriba en que las damas van montadas a caballo. El cuadro rememora los tiempos aquellos en que no habiendo posibilidad de utilizar las cómodas literas debido a lo agreste del terreno, las mujeres tenían que optar por el empleo de cabalgaduras para efectuar los viajes. Las bellas cordobesas que acompañaron a los españoles en la colonia, fueron pieza clave para que los hombres de la corona se adaptaran a los nuevos territorios descubiertos.
Aunque en Ocaña no se tiene certeza de que se conocieran con el nombre de Las Amazonas, estas mujeres fueron el aliciente espiritual y moral para que los conquistadores superaran los obstáculos que la naturaleza les tenía preparados. Ellas conocían el arte de cabalgar briosos corceles de ardiente sangre árabe con los que se internaron en la espesura de la selva del nororiente, mientras que los soldados y conquistadores abrían paso con sus espadas entre la amenazante vegetación. Esta habilidad fue transmitida a las mujeres ocañeras hasta muy entrado el siglo XX, época en que utilizaban el caballo como único medio de locomoción para las largas travesías y los pasos por los poblados. COMPARSA DE LAS IBÁÑEZ
Dos hermosas hermanas ocañeras fueron parte fundamental de la historia colombiana. Doña Nicolasa en 1813, a la llegada del Libertador a la región, fue una de las encargadas de coronarlo con laureles. Luego fue Doña Bernardina que en 1819 coronó a Bolivar a su llegada triunfante de la Batalla de Boyacá.Sus actuaciones fueron de gran trascendencia en las decisiones que se tomaron en la naciente república. COMPARSA COMPAÑÍA LIBRES DE OCAÑA.Hace alusión a los patriotas ocañeros que acompañaron al Libertador Simón Bolívar en las batallas libradas para conseguir la independencia del Imperio Español
Durante el desarrollo de la Campaña Admirable, Simón Bolívar hizo su primera entrada a Ocaña en los primeros días de Febrero de 1813. En esta ciudad, y gracias a los buenos oficios y entusiasmo de don Miguel Ibáñez y el Presbítero Alejo María Buceta, adquiere suficientes recursos, vituallas y hombres para proseguir su marcha hacía Venezuela. Antes de su partida, efectuada el 16 de febrero, Bolívar encargó a don José Quintana la tarea de formar un batallón cívico. Nombró además, como segundo de Quintana, al señor don Juan B. Sánchez, y Quintana nombró como su secretario al señor Luís Jácome Marinely. Además, Bolívar nombró al joven Antonio Quintero Copete como ayudante de campo y a Juan Francisco García, jefe de una compañía de voluntarios que se denominó Compañía Libres de Ocaña. COMPARSA DE LOS COLORADOS“Con el nombre de "Colorados", se conoció durante la guerra de Independencia, a una facción realista que actuó, desde 1818 en la región de Ocaña, causando grandes estragos entre los patriotas. Dice el historiador Páez Courvel que “en 1819 estas guerrillas estaban acaudilladas por Juan Manuel y Cleto Jácome, Bernabé Rueda, Juan Esteban Toscano, Dionisio Barbosa, Juan José García y otros.
Llamáronse Colorados a causa del pantalón rojo que ostentaban los soldados... en vista de esto el Libertador resolvió, en 1820, enviar a Ocaña un Ejército al mando del Coronel Francisco Carmona, para que acabare con los núcleos de facciosos realistas. Carmona ocupó a Ocaña el 10 de marzo de 1820 y los colorados se retiraron a las montañas de Presidente. Pero obligado Carmona a marchar sobre Chiriguaná, lo reemplazo en la jefatura Militar de Ocaña el Coronel Jacinto Lara, quien, con el Coronel Ramos, persiguió a los empecinados realistas por las comarcas de Teorama y la Palma. (Hoy Hacarí) Pero Luego, hallándose Figueredo en Ocaña, fue atacada nuevamente esta plaza por los Colorados, quienes desbarataron a los patriotas y se apoderaron de la ciudad, en noviembre de 1820, capitaneados por los mulatos Jácome y por el cabecilla Javier Álvarez. Fue preciso entonces, enviar una división al mando del coronel Manuel Manrique, quien persiguió a los guerrilleros y recuperó la ciudad.” Entre las victimas de este grupo se contaron los patriotas don Miguel Pacheco, don Juan Pino, don José Mora, don Eugenio Barbosa, Don Juan de Dios Illera, don Gabriel Quintero, don Manuel Ibáñez, don Bernardo Pacheco, don Jesús Posada, y la distinguida dama Agustina Ferro. Actúan también como personajes centrales, los caudillos Jácome y Javier y José María Álvarez. Lucen los integrantes de la comparsa, pantalón rojo y llevan como armas machetes y algunos fusiles. COMPARSA DE LA GRAN CONVENCIÓN DE OCAÑA
Este cuadro representa a los convencionistas de 1828, entre quienes se destacan el General Francisco de Paula Santander, Luís Vargas Tejada y el Almirante José Prudencio Padilla. Este último se hizo presente en Ocaña fugazmente, para solicitar apoyo político a sus proyectos que, desafortunadamente, culminaron con su injusto sacrificio. Cabe anotar que durante el corto e infructuoso sesionar de la Convención Grancolombiana, se hicieron famosas las tertulias en casa de la familia Ibáñez, “los bailes donde don José Manuel Trigos, las tazas de plata fina desbordantes de chocolate del que cultivaban los ocañeros en las vegas del Catatumbo, los paseos a “Barbosa” y más que todo, debió de serle muy grato (a Santander) el recuerdo de aquella gentil disfrazada (Bárbara Vicenta Lemus, quien debido a su atracción por el General Santander usaba atuendo masculino para poder colarse en las sesiones) que desde los escaños de San Francisco lo miraba con patriótico entusiasmo y palmoteaba con rapidez cada vez que el héroe dejaba salir el hilo abundante de su peroración”. “Pese al estruendoso fracaso de la Gran Convención, los ocañeros guardan de ella un respetuoso recuerdo: aún se levantan el templo y convento de San Francisco (declarado monumento nacional), que sirvieron como sede a aquellas enconadas polémicas entre bolivarianos y santanderistas. “Los integrantes de este cuadro van vestidos a la usanza de la época y durante la marcha del desfile, escenifican debates y altercados propios de lo que pudo haber sido una sesión de la Convención. Cerrando este cuadro va la carroza alusiva al “Templo de San Francisco y en ella dos damas que representan a Doña Nicolasa y a Doña Bernardina Ibáñez. COMPARSA DE LA LIBERACIÓN DE LOS ESCLAVOS
“Hay en el centro de la plaza principal de Ocaña (Plaza del 29 de mayo), una tosca columna de ladrillo, construida por los esclavos libertos en 1851, para conmemorar la Ley de Manumisión. Este monumento es único en Colombia y se ha convertido, con el transcurrir del tiempo, en un símbolo más de la ciudad. Hace poco, fue sometido a restauración por parte de la división de Monumentos Nacionales. La historia narra que el día de su inauguración, el Gobernador Agustín Núñez organizó una apoteósica festividad en la que fuera la Casa Municipal (Hoy lamentablemente destruida) bailando con la negra Nicanora Rincón, la liberta más vieja. “La comparsa constituye una carroza alusiva a la columna y un grupo de esclavos que la acompañan.” COMPARSA HERMANAS DE LA PRESENTACIÓN
Por iniciativa del General Guillermo Quintero Calderón y el sacerdote Ramón Anaya y Rubio, la Asamblea Departamental de Santander expidió la ordenanza No 5 de 1888 creando el Colegio de Señoritas de Ocaña, que estaría regentado por una comunidad religiosa. Era Gobernador de Santander Quintero Calderón y Presidente de la Asamblea al doctor Santiago Rizo Lemus. El centro educativo fue financiado por los señores Manuel Roca Rincón, José Domingo Jácome, Juan Crisóstomo Pacheco, Manuel Conde Ribón y Manuel Benjamín Pacheco Carvajalino. El colegio se entregó a las Reverendas Hermanas de la Presentación de Tours, bajo la Dirección de la Hermana María Dossithee, quien regentó el colegio hasta 1915. Con esta religiosa vivieron también la Hermanas Emma, Ana Manuela y Lucía. Después de haber permanecido en la Cruz (Hoy Ábrego durante 7 meses, debido a una epidemia de fiebre amarilla que azotaba nuestra ciudad, las Hermanas llegaron a Ocaña el 18 de octubre de 1889. El colegio funcionó hasta 1974 en el antiguo convento de San Francisco. COMPARSA DE LAS FLORISTAS.
Como una forma de homenajear a quiene dedicaban su esfuerzo laboral a surtir de flores a las gentes de Ocaña, esta comparsa muestra todo el colorido de los jardines locales y la belleza de las jóvenes trabajadoras de la ciudad.Rostros amables y gentiles y cuerpos espigados y cadenciosos, se unen a la policronía floral en esta llamativa comparsa. COMPARSA DE AGUATEROS Y LECHEROS.
Revive la época en que tanto el agua como la leche, eran llevados a la ciudad a lomo de mula, por los campesinos. Sobre el particular, anota Alfonso Carrascal Claro: Hasta finales del decenio del 40, era de ocurrencia diaria ver por las calles de Ocaña a estos hombres y niños que utilizando burros cargados con barriles de madera, suministraban agua a todas las casas que no contaban con aljibes o el precario servicio del Acueducto del "Llanito", cuya capacidad de redes sólo cubría la parte central de la ciudad. Siendo la leche en esos tiempos, un artículo de lujo que sólo consumían los pocos ricos de la plaza, como era costumbre llamarlos, las mujeres de los campos cumplían esa labor de venta, cargando a sus espaldas unos recipientes de zinc, que sostenían en la cabeza con un pretal.COMPARSA SIRIO- LIBANESES
Las primeras familias sirias y libanesas que llegaron a Ocaña, lo hicieron a finales del siglo XIX. Para Ocaña, esta próspera comunidad es ya algo propio. Su interesante odisea, familia por familia, lo narra don Zajia M. Numa, quien publicó, poco antes de su sentido fallecimiento y participación directa en el Desfile de los Genitores, una interesante obra titulada " Libaneses y sirios en Ocaña". La comparsa que hace parte del Desfile, esta integrada por auténticos sirios y libaneses y por sus descendientes. Todo el vestuario procede de sus viejos arcones, lo cual hace del cuadro toda una muestra de verdadero colorido. COMPARSA LOS GITANOS
Recuerda esta comparsa a los grupos de gitanos que hace ya mucho tiempo solían venir a Ocaña, creando con ello todo un acontecimiento cultural. En este cuadro se observan las famosas carrozas gitanas y sus integrantes con la vestimenta propia de su cultura. COMPARSA DE LA EVOLUCIÓN DEL TRANSPORTE
El Cable o funicular aéreo, es un sistema de transporte que opera mediante vagonetas que se mueven a través de un cable de acero, entre torres metálica de variada altura. Ejemplos actuales de este medio de transporte, los encontramos en Bogotá, con el teleférico que conduce al santuario y cerro de Monserrate y el Metrocable de Medellín. Inicialmente se proyectó de Cúcuta a Gamarra, pero sólo se concluyó el tramo entre Gamarra y Ocaña. La obra se inició en 1924, inaugurándose oficialmente el 7 de agosto de 1929. El responsable de los trabajos fue el ingeniero James F. Lindsay y su primer gerente don Gabriel Sanín Villa. El Cable Aéreo medía 47 kilómetros, dividido en 6 secciones que abarcaban los hoy municipios de Gamarra, Aguachica, Río de Oro y Ocaña. Duró este sistema cerca de 20 años y reemplazó los difíciles caminos de herradura y el transporte mular, por modernas vagonetas de carga y pasajeros que se desplazaban a una velocidad de 7 kilómetros por hora. COMPARSA DE LOS EXPRESIDENTES
El acerbo humano de la Provincia de Ocaña no se ha limitado sólo a exponentes de las artes y las letras. Varios expresidentes de Colombia, para orgullo de la región, tiene también sus raíces en esta ilustre tierra. La comparsa está integrada por los expresidentes José Vicente Coneha lobo, Guillermo Quintero Calderón, Miguel Antonio Caro, Laureano Gómez y Alfonso López Michelsen y el destacado poeta hispanoaméricano José Eusebio Caro.
Publicado por Jairo Angarita Navarro














































































































miércoles, 12 de noviembre de 2008

EDUCACION


COLEGIOS


JOSÉ EUSEBIO CARO Y LA INSTITUCIÓN





Nace José Eusebio en Ocaña el 5 de marzo de 1817 y muere en Santa Marta en 1853. Fue un gran poeta, periodista, sociólogo, filósofo y militar. En el claustro de San Bartolomé estudió filosofía y jurisprudencia. Fue miembro del Congreso Nacional y experto en Hacienda Pública. En compañía de su amigo José Joaquín Ortiz dirigió el periódico La Estrella Nacional. Colaboró en El Granadino, La Civilización, El Amigo del Pueblo, El Águila de Júpiter, El Conservador, La República, y El Nacional. En todas estas publicaciones se batió como ardoroso polemista político y filosófico. Con Mariano Ospina Rodríguez, figura como el creador del ideario del partido conservador. Participó en 1840 en la guerra de Los Supremos, al lado de su amigo el general Pedro Alcántara Herrán. Dice Fernando Galvis Salazar “que Caro hace versos a la edad que otros se preparaban para hacer la primera comunión.”


A OCAÑA


Aquí nací: Bajo este hermoso cielo
Por vez primera vi la luz del sol;
Aquí vivieron mis abuelos todos…
Adiós Ocaña! Adiós Ocaña! Adiós!
Ocaña! Ocaña! Dulce, hermoso clima!
Tierra encantada de placer, de amor!
Ufano estoy de que mi patria seas…
Adiós Ocaña! Adiós Ocaña! Adiós!

Mi padre aquí de boca de mi madre
El dulce sí por vez primera oyó!
Aquí de amor él a sus pies lloraba…
Adiós Ocaña! Adiós Ocaña! Adiós!

Y yo aquí también pensé…Silencio!
Olvidamos tan plácida ilusión;
Y aunque mi pecho deba desgarrarse,
Adiós Ocaña! Para siempre! Adiós!


En 1680, los padres de familia de Ocaña pidieron permiso, alentados por don Antón García de Bonilla para fundar un colegio regido por los Jesuitas, componían la junta: Bartolomé Lázaro de Corquera, Salvador Sánchez de la Motta, Esteban Portillo, Antonio de León Carreño, Pedro Barbosa de Maris, Juan de Silva Pacheco y Francisco Quintero Arias.

Dos siglos más tarde, en abril 24 de 1874 encontramos esta acta:
“Los infrascritos, de nuestra libre y espontánea voluntad, hemos resuelto fundar y sostener por el término de cuatro años, un plantel de educación en esta ciudad, a cargo del señor José H. Carvajalino como director y de los catedráticos que sean necesarios, y nos obligamos de común acuerdo por el término expresado a pagar en la proporción que se establezca la diferencia que hubiere entre los gastos del plantel y sus productos, a cuyo efecto establecemos las siguientes condiciones:

1.- Los infrascritos se constituyen en Junta Directiva del establecimiento, con derecho de inspección e intervención en él y obligados a procurar por cuantos medios estén a su alcance el progreso del plantel.

2.- Tan pronto como el Colegio produzca para sus gastos presupuestos, cesará para los infrascritos el deber de completar la diferencia, pero no cesarán los deberes que contraen como junta directiva”.

Ocaña abril 24 de 1874.

Pedro Pacheco Z. Juan V. Aycardi, Pacheco e hijos. Manuel R. Rincón, Manuel José Cabrales. M. Conde Ribón, por mi hermano José Francisco Lobo, José del C. Lobo J. El fiel copia, el secretario, Críspulo Caballero.

Continua sus labores con el nombre de “San Luis Gonzaga”, pero la mortal epidemia de viruela lo hace clausurar como leemos en carta que el director del colegio, Rubén Restrepo dirige al presidente del Consejo, don Juan C. Pacheco el 23 de septiembre de 1881.

El día 30 de abril ante el avance de la viruela y los alarmantes informes del rector el colegio se cierra, pero antes se dan las “Más expresivas gracias a los señores Director Rubén Restrepo, Subdirector Rafael Navarro E. y catedráticos Doctor Ricardo Rodríguez, R., doctor Leónidas Quintero, Señor Manuel Benjamín Pacheco, señor Eusebio Posada R., y señor Victoriano Paredes, por los servicios importantes que han prestado en el expresado colegio”.





MAESTROS OCAÑEROS Y EL COLEGIO CARO

Dice Esteban Bayona B. sobre los maestros ocañeros:

“...No quiero terminar sin consignar un recuerdo para los ilustres fundadores del Colegio Caro (Liceo San Luis Gonzaga primero, Escuela Caro después), Presbítero Benito Ovalle A, Luciano Jaramillo y Manuel Benjamín Pacheco, quienes con la mejor voluntad y buen acierto pusieron los cimientos de nuestro centro educativo.

El padre Ovalle y don Luciano Jaramillo fueron mis excelentes maestros de un año. Era profesor de contabilidad don Manuel Benjamín Pacheco Carvajalino, padre del ilustre sacerdote Manuel Benjamín Pacheco Aycardi, e inspector de instrucción publica don Francisco A. Duque Hoyos.

El Padre Ovalle, don Luciano Jaramillo y don Manuel Benjamín Pacheco Carvajalino, como fundadores del Colegio Caro, merecen gratitud imperecedera; sus efigies en mármol, al menos en retratos al óleo, deberían adornar los salones del plantel, como inteligente y grato testimonio de Ocaña a sus benefactores...”

Efectivamente, en 1909 se inicia la Escuela Superior de Varones San Luis Gonzaga; dirigida por el presbítero Benito Ovalle A. Y don Luciano Jaramillo M. como secretarios se desempeñaron entre otros don Antonio L García, don Luis Felipe Molina L. y don Emiro Pacheco Quintana. Como profesores don Manuel Benjamín Pacheco, don Juan Carvajalino y don Carlos Julio Arévalo. Funcionó con ese nombre hasta julio de 1911, cuando por ordenanza de la Asamblea se crea el Colegio Provincial de José Eusebio Caro.


Entre los edificios públicos de la ciudad ocañera merece mencionarse la Institución Educativa José Eusebio Caro, que se levanta en el mismo sitio en que estuvo la casa solariega donde vio la primera luz del sol el ilustre Caro, “aquel varón preclaro cuyo nombre es símbolo de gloria en las letras nacionales y de decoro en los anales de la República” como dice la inscripción de la lápida de mármol que mandó colocar la Asamblea Departamental de 1991, edificio que es uno de los más cómodos y elegantes del departamento y que presta importantes servicios, y al frente un busto suyo que majestuosamente domina el contorno.






COLEGIO ARTÍSTICO RAFAEL CONTRERAS NAVARRO





Bajo auspicio del Instituto de Cultura y Bellas Artes "Jorge Pacheco Quintero", se inaugura el 9 de junio de 1990. En su creación fueron fundamentales los profesores Alonso Bayona Quintero y Pedro Llaín.



INSTITUTO TECNOLÓGICO CARLOS HERNÁNDEZ YARURO




Por iniciativa e inquietud traída de España, el doctor Lucio Pabón Núñez, coordina y cristaliza la idea de crear la primera escuela hogar colombiana, labor que se le encarga al eximio Doctor Carlos Hernández Yaruro (q.e.p.d) quien por estar en esa época en las altas esferas gubernamentales, se le facilito hacer realidad tan anhelado proyecto.

Fue así como inició actividades la escuela hogar en la ciudad de Ocaña, única en su género en el país.
Su objetivo era brindarle educación y formación a las niñas campesinas de escasos recursos económicos y capacitarlas en varias disciplinas del saber no formal, como: Artes manuales, primeros auxilios, y sobre todo una cultura hogareña.

En enero de 1945 inaugura el doctor Hernández su centro educativo, asignando a la señora Carmen Gallardo de Ibáñez, como primera directora.

Con el transcurrir del tiempo el Ministerio de Educación, asume la administración de la escuela y aumenta la cobertura a todo el país y reconoce los estudios como formales.

Al regresar de Europa el doctor Hernández continúa con el empeño de hacer más grande su labor y es así como gestiona recursos y consigue un vehículo para el plantel.

Posteriormente se autoriza el funcionamiento de la educación básica secundaria, estando al frente de su dirección, la señorita Leonor Guecha Meriño.

En 1982, la señorita Esther Bonilla González asume la dirección de la escuela y preocupada por la deserción escolar, delega al profesor Rafael González López, para gestionar ante el Ministerio de Educación y obtener la autorización del ciclo de educación media vocacional; labor difícil por no contar con la planta física y el personal docente disponible, pero con mucho tesón y empeño se logro entregarle a Ocaña y su provincia la primera Promoción de Bachilleres en Promoción Social en 1986.

En 1993 el Ministerio de Educación asigna al Licenciado Emilio Alfonso Vergel Bayona como rector de la institución y con el cambio de política en materia educativa. El gobierno canaliza recursos a través de varios organismos estatales y el profesor Emilio, caracterizado por su dinamismo y espíritu emprendedor, inicio la proyección del Instituto a través de varios proyectos, logrando alcanzar el nivel y categoría que hoy lo distingue como uno de los mejores planteles del oriente colombiano.

Por ordenanza # 016 del 19 de mayo de 1997, el gobierno departamental le asigna el nombre de Instituto Tecnológico “Carlos Hernández Yaruro”, como homenaje póstumo a su dilecto fundador.

Las directivas del plantel, sin escatimar esfuerzos continúan en su labor de promocionar bachilleres de calidad, para que sus estudiantes se sientan orgullosos y distinguidos, con sentido de pertenencia, formar parte de los egresados del instituto tecnológico del nuevo milenio.



EL COLEGIO DE LA PRESENTACIÓN




Creado por el General Guillermo Quintero Calderón mediante ordenanza del 26 de julio de 1888, inicia labores en 1889 con el nombre de Colegio Superior de Niñas. Fue su primera directora la madre María Dosithée, que lo regentó durante 27 años hasta 1916. Cambia su nombre por el de Colegio de la Presentación en marzo de 1911.

¿Cómo se organizo el Colegio de la Presentación?


La madre Soeur Dosithée llegó a la ciudad en 1889, en compañía de las hermanas María Emma, Ana Manuela, y Lucía. La tradición docente, en Ocaña databa ya de finales del siglo XVII y en el siglo XIX, habíanse fundado entre otros los siguientes centros de enseñanza: Colegio de la Democracia (1849), Colegio de Ocaña (1874), Instituto de Ocaña (1869), Escuela Urbana de Varones (1873), Colegio de San Luis Gonzaga (1878) y algunos más de corta duración. Para la educación de la mujer sólo había funcionado un colegio de niñas en 1852, el cual ya no existía a la llegada de las Reverendas Hermanas de la Caridad de Tours. La necesidad, pues, de fundar un plantel educativo que garantizara la educación femenina de Ocaña, impulsó a un grupo de notables a organizar la “Compañía Fundadora del Colegio de las Hermanas de la Caridad”, en 1880. Está Sociedad Anónima, registrada legalmente el 14 de febrero de1880, tendría por objeto, según reza en los estatutos, “la creación y sostenimiento en esta ciudad, de un colegio de señoritas, dirigido por las Hermanas de la Caridad”. Ocho años duraron los papeles de rigor y el 26 de julio de 1886, el general Guillermo Quintero Calderón, Gobernador de Santander, sancionó la ordenanza No. 5, “por la cual se crea un Colegio de Enseñanza Superior para Señoritas en la ciudad de Ocaña”. Por este tiempo la Compañía Fundadora ya había desaparecido, pues estatutariamente, debía tener una duración de cinco años. Cumplida su misión original, como era la de allegar los fondos suficientes para crear el plantel, correspondía ya en esta segunda etapa ya la acción política del caso, lo cual ocurrió a cargo del presbítero Ramón Anaya y del entonces diputado a la Asamblea de Santander, doctor Santiago Rizo Lemus.
La madre Dosithée y sus acompañantes llegaron a Ocaña a comienzos del 1889, pero la epidemia de fiebre amarilla, las obligó a retirarse a La Cruz hoy Abrego, en donde permanecieron hasta octubre, entrando definitivamente a su lugar de destino el día 19. El colegio se instaló definitivamente el 25 de octubre, funcionando al comienzo en lugar donde se levanta la Escuela de Bellas Artes, sede en otras épocas del Teatro Municipal. En 1890, el centro educativo se trasladó a los claustros del antiguo convento de San Francisco, y de allí al barrio de la Primavera donde funciona actualmente. En 1889, las jóvenes matriculadas en el Colegio de la Presentación, eran 52; hacia 1924 apenas si había 55alumnas; en 1953, 450 alumnas…Y así fue en aumento el número de ocañeras y de alumnas de gran parte del nororiente colombiano que encontraron en el colegio de las Hermanas de la Caridad un faro de inteligencia para orientar sus vidas por el camino de lo sublime de lo recto.




NORMAL NACIONAL FRANCISCO FERNANDEZ DE CONTRERAS



Se crea la Normal por ordenanza No. 30 de Noviembre 26 de 1958. La Normal desaparece y sigue funcionando el Colegio Francisco Fernández de Contreras.



COLEGIO GENERAL SALLE



Opera bajo la dirección del Profesor Emiro Vergel, uno de los gestores culturales y educativos más importantes de la región de Ocaña



ESCUELA NORMAL SUPERIOR




La Normal fue fundada en 1944 en la ciudad y dirigida por señoritas. Según ordenanza de la Asamblea Departamental, siendo secretario de educación Hernando Urquijo.
La primera directora fue Belarmina González. De1944 a 1951 figuró como Normal Regular Departamental. El primero de junio de 1952 el director departamental de educación, entrego la Normal de Señoritas a las Hermanas de la Presentación por lo tanto las dos obras fueron integradas: El Colegio Diocesano y la Normal.
La madre María Rosalía superiora del Colegio Diocesano fue la designada para encargarse de la Normal.
El primero de septiembre fue nacionalizada la Normal por contrato entre el director departamental Dr. Carlos Hernández Yaruro y el Ministerio de educación. La Normal fue aprobada según resolución 3271 de noviembre 27 de 1952.
El 18 de noviembre de 1955 se dieron los primeros diplomas porque los de 1952 no fueron preparados por las Hermanas que acababan de recibir en 1953 y en 1954 no hubo.
En 1956 el gobernador del departamento hizo la promesa de construir dos salones para la Normal y don Octavio Montaño, ofreció a la comunidad el terreno para hacer un local y el Ministerio dice que la nación los construirá.
En 1959 por falta de local y en espera que el departamento terminará la construcción empezada por el MEN se aplazó la matrícula. Para el 10 de marzo se inició labores con un personal de 566 alumnas entre la Anexa y la Normal, doce hermanas y doce profesores.
En 1973 se abrieron tres cursos de primero Normal. La comunidad celebró el centenario de la llegada de las Hermanas de la Presentación a Colombia.
En 1974 entro en vigencia la resolución No. 4785 que reglamenta el decreto 080 el cual cambia las estructuras y programaciones de los estudios normalistas por la diversificación del bachillerato pedagógico.
Del 13 al 17 de junio de 1977 celebraron las bodas de plata o de permanencia de la comunidad de las Hnas de la Presentación en la dirección de la Normal. Toda la comunidad se hizo presente con diferentes muestras de gratitud y apreció. En estos días se organizaron programas especiales.
En 1978 fue la celebración del sesquicentenario de la Gran Convención. Ocaña en esta ocasión tan significativa en la historia de Ocaña, las alumnas de la Normal lucieron las dotes artísticas y culturales.
En los días 6,7 y 8 de octubre de 1978, la Normal fue visitada por los supervisores departamentales quienes dejaron un acta muy positiva del funcionamiento y marcha de la Normal.
En 1981 se iniciaron los cursos de profesionalización para maestros de primaria y actualización para maestros de secundaria, se efectuaron esos cursos en las aulas de la Normal con autorización y supervisión del CEP. En este año la Normal es visitada por el señor viceministro de educación el Dr. José Luis Acero Jordán, quien se fue satisfecho de lo apreciado en la visita.
En 1982 la Normal cuenta con preescolar, escuela nueva, básica primaria, básica secundaria, media vocacional, educación de adultos, cursos de profesionalización para maestros, y cursos de actualización para maestros de secundaria.
En 1983 fue la culminación de la gran misión diocesana se dio una reflexión y estudio serio sobre el objeto general de la institución “Facilitar la integración y crecimiento de los valores de la comunidad educativa para que la misión de educadoras cristianas sea una labor consciente y eficaz”.




INSTITUTO TECNICO COMERCIAL ALFONSO LOPEZ






COLEGIO AGUSTINA FERRO







INSTITUTO TECNICO INDUSTRIAL LUCIO PABON NUÑEZ







RESUMEN DE LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS


PREESCOLAR PRIVADO: Jean Piaget, María Montessori, Jugar y Aprender, Pecos y Pecas, Villa Margarita, Burbujitas, Comfaoriente y el Grillote. Además de los que funcionan como oficiales en todas las escuelas de primaria de Ocaña.
Años atrás funcionaban los siguientes establecimientos con los siguientes nombres:
PRIMARIA: Escuela Adolfo Milanés, Anexa de la Normal de Varones, Anexa de la Normal de Señoritas, Anexa de la Presentación, Llanadas # 2, Llanadas # 3, Escuela Marabel. Escuela La Gloria, Escuela del Carmen, Escuela Santa Clara, Escuela Kennedy, Instituto para el Niño Diferente, Escuela Municipal Galán, Escuela Simón Bolívar, y otras, algunas privadas de grata recordación, como el colegio de la niña Merce Casadiegos y sus hermanos.

SECUNDARIA: Escuela Normal para Señoritas, Escuela Normal para Varones, Instituto Técnico Industrial Lucio Pabón Núñez, Instituto Nacional de Promoción Social, Colegio de Educación Media Fátima, Colegio Alfonso López, Colegio Agustina Ferro. En total son diez colegios de bachillerato.

De acuerdo con el artículo 9 de la Ley 115 de 2001 se modifica el concepto de Institución Educativa, y los colegios y escuelas se fusionan de la siguiente manera:

1.- José Eusebio Caro: Sedes: Simón Bolívar No. 1, El Palomar, Los Guayabitos, Cuesta Blanca, Argelino Duran Quintero, Olaya Herrera, La Esperanza, Nuestra Señora de Torcoroma, Adolfo Milanes,
David Haddad Salcedo, Doce de Octubre
2.-Instituto Técnico Alfonso López: Sedes: Cuarto Centenario, Juan XXIII, Kennedy
3.- Normal Superior Primaria Normal Superior

4.- Francisco Fernández de Contreras: Sedes: Primaria Francisco Fernández de Contreras, Llanadas No. 3, La Gloria y el Niño Diferente

5.- Instituto Técnico Industrial: Sedes: Cristo Rey, Marabel

6.- Agustina Ferro: Sedes: El Carmen, Simón Bolívar

7.- La Presentación: Sedes: Primaria La Presentación, Llanadas No. 2

8.- La Salle: Sedes: Santa Clara, Galán, Bermejal.

9.- Rafael Contreras Navarro: Sede: Los Apartaderos
10.- Carlos Hernández Yaruro: Sede: La Ermita
11.- Edmundo Velásquez (Otaré): Sede: Integrado Otaré


Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA)






UNIVERSIDAD FRANCISCO DE PAULA SANTANDER




SITIOS TURISTICOS

MONUMENTOS


COLUMNA DE LA LIBERTAD DE LOS ESCLAVOS


Localizada en el centro de la plaza del 29 de Mayo. Sencilla columna de ladrillo erigida en 1851 por los esclavos libertos de la ciudad, para celebrar la expedición de la Ley que les dio libertad, durante el gobierno de José Hilario López y la administración local del doctor Agustín Núñez, gobernador de la provincia de Ocaña.


ENTORNO A LA COLUMNA DE LOS ESCLAVOS

La "Columna de la Libertad", más tarde "Columna de los esclavos" comienza su verdadera historia el 9 de abril de 1816, cuando el pacificador Morillo ordena la muerte en el cadalzo de tres insignes patriotas: Salvador Chacón, el sargento Hipólito García y el coronel Miguel Carabaño, quien antes de su ejecución en el montículo que hacía las veces de patíbulo, en la Plazuela de San Francisco, gritó a los ocañeros: "Consolaos, porque estas piedras que hoy mancha nuestra sangre serán algún día símbolo de vuestra libertad".
El sanguinario pacificador hizo que la cabeza cercenada del coronel Carabaño fuera ensartada en una lanza, y en un acto premonitorio la exhibió como escarmiento durante quince días, en el Centro de la Plaza mayor, donde se erguía el "Cámbulo del Fundador", y que hoy ocupa la columna.
Dice el Hermano Justo Ramón, que el Gobernador Agustín Núñez, celebrando la Ley de manumisión del 1° de enero de 1852, ordenó recoger las piedras del viejo patíbulo y erigió el monumento entre el 6 y el 22 de diciembre de 1852, inagurándolo con una banquete para los libertos en el claustro de San Francisco, y bailes del 25 de diciembre de aquél año, al 5 de enero del siguiente. El 6 remataron los festejos con un gran baile de libertos y antiguos amos, en la alegría exterior de la Casa Consistorial, denominada "Los Portales". Allí el Gobernador danzó con la negra Nicanora Rincón, la más vieja y popular de todas.
La columna de 10 varas de altura, fue pañetada con la mezcla de 7 partes de arena por una de cal apagada y se adornó con una base de 2.05 metros y 5 anillos de 1.20 metros de diámetro, que simbolizan las cinco repúblicas liberadas por Bolívar. Allí, en todas sus fiestas patrias, se izaba el Pabellón Nacional y desde que en 1936 se construyó el embaldosado en su contorno, los ocañeros se dieron cita en las noches para pasear a su alrededor y comentar sus angustias. Así mismo la idiosincrasia machista que imperó en la ciudad le endilgó el seudónimo no exento de ironía de "Símbolo fálico de la ciudad de Ocaña".
Desde 1878 cuando Eusebio Posada la toma de modelo en sus pinturas, son muchos los artistas que se han inspirado en la tosquedad de su estampa, esta rudeza empero no era del agrado de todos por lo que la Municipalidad ordenó en 1936 una refacción que implicaba cambios en su estructura en aras del modernismo. Pero el Centro de Historia de Ocaña organizó la primera protesta colectiva en defensa del vetusto monumento y apoyado en la Ley 48 de 1918 logró detener los trabajo hasta que en reunión del 1 de octubre de 1936 la Junta de obras públicas y embellecimiento "acordó conservar el monumento y solo hacer una ornamentación sin que lo toque o modifique en parte alguna.
Existe el convencimiento general de que en la base de la Columna está enterrada una urna de cristal contenida en otra de cobre que conserva la ley de manumisión y los nombres de los esclavos libertos, pero Eustaquio Quintero el más antiguo de quienes tocan el tema no la menciona. En 1894, al contrario, dice que la "nuestra no tiene inscripciones, dibujos ni relieves" la leyenda de la urna surge en 1936 cuando Justiniano J. Páez escribe que una señora ya vieja le hizo el comentario, por tal razón la historia de dicha urna no tiene fundamento científico.
Se especuló también en torno a la placa que en 1851 ordenó tallar el Gobernador Núñez, dicha placa se perdió y en 1935 el Centro de Historia comisionó a Jorge Pacheco Quintero y a Luis Felipe Molina para buscarla, lamentablemente se desconoce el resultado de su comisión pero el historiador ocañero Jorge Meléndez Sánchez ha recogido la tradición que dicha placa fue retirada por José del Carmen Lobo como Personero para inscribir en su respaldo una leyenda relativa al matadero público de "El Torito" el día de su inauguración.
El Dr. Víctor Ramón Paba recuerda que en 1937 Luis Eduardo Quintero realizó una reforma con la cual se tapó el basamento que vino a descubrir 52 años más tarde el arquitecto Rafael Rincón Calixto a quien el Ministerio de Obras Públicas contrató para su remodelación; este encontró que un gorro frigio fue agregado en 1849 posteriormente suprimido. Su trabajo se resume de la siguiente manera: profundiza en 1.06 metros hasta el basamento, dejando al descubierto 7.06 metros de altura, realiza estudios de iluminación y perímetro y restaura el acabado en ladrillo a la vista con las protecciones en Sika para evitar su deterioro. De su trabajo lamentablemente le faltó perforar 0.94 metros y pañetarla, desconociendo las presiones para que dejara el ladrillo, como se encontraba desde la década de los 60, que no es el recomendado para esta estructura, solo estos dos detalles fallaron en su magnífico trabajo para que la columna hubiera permanecido en toda su originalidad.




EL MOLINO




Este monumento a la desidia oficial fue hasta hace poco parte del Patrimonio cultural de la ciudad con triple clasificación en concordancia con el decreto 156 de Octubre 6 de 1993:
a) Histórica b) Arquitectónica c) Artística como motivo de inspiración.

a) Histórica: recién fundada la ciudad, Gonzalo de Orta primer contratista para” meter el agua en la plasa” escoge el sitio para construir allí un molino, que “a de moler con el agua que en esta cibdad entrase”.
Si es bien que la actual construcción no data de 1576, esta es producto de las remodelaciones que se han venido realizando en los siglos. El 17 de agosto de 1576, don Gonzalo de Orta firma el primer contrato de la vida pública de Ocaña con los señores del muy ilustre Cabildo, Justicia y Regimiento.

b) Arquitectónica: fue uno de los pocos inmuebles de estructura colonial, así algunas de sus paredes se encuentren destruidas, los vestigios y ruedas del viejo molino deben ser rescatada. Valga la acotación que Jorge Pacheco Quintero por las épocas que auspicio la construcción de la Escuela de Bellas Artes y de la Escuela de Agricultura en el Algodonal, propuso al municipio la compra del Molino para que allí funcionara el “Museo del barro” dadas las diversas clases de arcillas que en Ocaña son propias para la cerámica, los tejares y la fabricación de ollas y tiestos de este material.

c) Artístico como motivo de inspiración: el molino forma parte de la imagen de la ciudad que ha dado vuelta al mundo en las plumillas de Martín Quintero Pacheco y Adolfo García de la Rosa; en las fotografías artísticas de Álvaro Carrascal Pérez. En los oleos Luis Navarro uno de los cuales sirve de carátula al libro de Jorge Meléndez Sánchez, en los oleos de Alfonso Pachecos Ceballos, Fidel Serrano, José Galvis, Samira Galvis, entre muchos artistas.
En la poética El Retorno (fragmento) de Jorge Pacheco Quintero

Y quisiera saber todavía,
Como una niña solitaria, enferma,
Murmura el agua en el molino viejo
Mientras le canta el ruiseñor de piedra.




MONUMENTO A LA SANTA CRUZ



Localización: Antiguo Cerro de El Molino, al suroccidente de Ocaña. Su construcción se inició hacia finales de 1944 por iniciativa de don Rafael Pineda. El 6 de mayo de 1945 se efectuó su bendición solemne. El monumento consta de una base de material sobre la cual reposa una esfera que simboliza el mundo, y sobre ésta, una cruz de cemento y hierro. A los pies del Cerro de El Molino (hoy de la Cruz), existe una antigua instalación que sirvió como molino de trigo durante el siglo XV, y el barrio de la Costa.


MONUMENTO A LA VIRGEN DEL CARMEN

San Simón Stock nació en el condado de Kent (Inglaterra en 1165), su apellido Stock hacía alusión en ingles “tronco de árbol” o mejor “hueco en el tronco”, donde pasaba el pequeño y joven Simón muchas horas entregado a la oración. Ya que vivía en el tronco de un árbol, el joven Simón entró de lleno a la congregación de los carmelitas que fueron aceptados en su totalidad en Inglaterra por los laicos, más no así por los religiosos que no aceptaban que estos se llamaran “Hermanos de la Virgen María del Monte Carmelo”.

San Simón a quien se le ha llamado “El amado de María” en cierta ocasión cuando se encontraba rezando este himno “Ave Stella Matutina”, se le apareció la Bienaventurada Virgen María acompañada de una multitud de ángeles, llevando en sus benditas manos el escapulario de la orden y diciendo estas palabras: “Este será el privilegio para ti y todos los carmelitas quien muriese con él, no padecerá el fuego eterno; es decir, él que con él muriese se salvará.

Se le recuerda por sus milagros, entre ellos: la conversión del agua en vino para poder celebrar, y la resurrección de un pez cocido. Luchó por la congregación como superior general de la orden a la que gobernó durante varios años entregándose de lleno con un profundo amor a María, mientras visitaba la provincia de Vasconia en Burdeos el 16 de mayo de 1265, casi centenario de edad murió el Santo del escapulario llamado así por Juan Pablo II, el 24 de septiembre de 1983.

El proyecto de la parroquia “SAN SIMÓN STOCK”barrio El Carmen surgió el 4 de febrero de 1996 por un misionero hoy monseñor Humberto Lugo Argüelles y un grupo de colaboradores que observaron el terreno, y comenzaron poco a poco con esta obra hasta nuestro días. Por decreto el 18 de mayo del 2002 se convirtió en la parroquia “SAN SIMÓN STOCK”.

El monumento de la virgen del carmen que allí esta ubicado fue traído en pequeños pedazos de la región de Boyacá el 16 de julio de1949 por unas Hermanas de la Presentación; la base en la cual esta ubicada se fabricó de caliza (cal revuelta con arena).

Actualmente (2006), la parroquia esta ha cargo del presbítero LINERSI LEON T.




MONUMENTO A CRITO REY


Estatua monumental de bronce con baño de cobre, fabricada por la Casa “Bochaca” de Barcelona (España). Tiene 6 metros de altura; diámetro completo del cráneo, 1,82 m, espesor del dedo pulgar, 0,21 m; ancho completo del busto, 3,96 m. Pedestal construido en ladrillo y cemento, con una altura de 12 m; base en forma octogonal con un perímetro de 31,75 m. Total de la altura del monumento, 18 metros. El día 28 de diciembre de 1933 fue trasladada en el tren del cable aéreo de Gamarra a esta ciudad, soportando el cable su peso total de tres y media toneladas, divididas en tres partes; llegando a la casa de Lázaro Uribe Díaz en medio de una muchedumbre no menor de cuatro mil personas. Los trabajos del pedestal comenzaron el 1 de octubre de 1934, y el 21 de abril de 1935, domingo de resurrección se efectúo la colocación de la estatua sobre el pedestal. La bendición de esta obra se efectuó el 17 de agosto de 1935. El monumento representa la imagen de Jesús, revestido con la túnica habitual de su predicación evangélica, de pie sobre el globo del mundo, con los brazos abiertos y la mirada puesta en la ciudad. Se encuentra localizado sobre el antiguo Cerro de la Horca, al nororiente de la ciudad. Fue iniciador de esta magna obra el R.P Ramón María Rosero, S.J, tuvo un costo de once mil pesos moneda legal colombiana, fuera del pedestal, cuyo costo hasta ahora asciende a la suma de cinco mil pesos de igual moneda.




LUGARES TURISTICOS

SANTUARIO DEL AGUA DE LA VIRGEN




La modesta, y cristiana familia compuesta por Cristóbal Melo, su esposa Pascuala Rodríguez y sus hijos Felipe y José, saltan, a la popularidad y la admiración de sus coterráneos en la esplendorosa mañana del 16 de agosto de 1711. Salieron Padre e hijos a escoger un tronco, lo necesariamente fuerte y noble para poder fabricar con él su necesitada canoa. Pronto distinguieron entre el verdor del bosque, un frondoso árbol que dominaba el paisaje.El padre, atendido por sus hijos, comenzó a derrumbarlo, y hachazo tras hachazo, poco a poco fue cayendo el gigante, no sin antes llenar de luz y de celestial aroma el circundante bosque. Brotó de sus raíces milagrosa fuente, que como testigo perenne, se ha convertido en un manantial de salud y milagros. Al golpe de un nuevo y venturoso hachazo -oh maravilla-descubren en una de las astillas del árbol la imagen de María, la Inmaculada, juntas y puestas las manos sobre el pecho, con la acción del rostro como inclinado al cielo".Durante el reinado del Papa Urbano VIII, reconociendo la milagrosa aparición en el Monte de Torcoroma le concedió "Missa Vultum tuum, ut interfesta pro aliquibus iocis". Años más tarde, el 18 de noviembre de 1963. el Papa Pablo VI proclamó por piadosa solicitud del entonces obispo de Ocaña, Monseñor Rafael Sarmiento Peralta, patrona de la Diócesis de Ocaña. Por Juan Manuel Duque Carvajalino Tomado del libro: Historia y Geografía del Municipio de Ocaña Escrito Por: Mario Javier Pacheco









AREA NATURAL UNICA LOS ESTORAQUES
“TEMPLO DE LA EROSION”






Ubicada al noroccidente del departamento del Norte de Santander sobre la cordillera
oriental; en el municipio de la Playa de Belén. Provincia de Ocaña.

A tan solo 10 minutos del casco urbano de La Playa de Belén están las 640 hectáreas de los
Estoraques, área natural única dentro de los parques naturales por su belleza escénica y
Paisajista. La severa erosión del lugar y el régimen de lluvias inferior a 1000 mm en el año,
ha labrado un conglomerado de deformaciones geoformológicas de rocas cristalinas,
filones de aplita y riolita de mayor magnitud en el Territorio Nacional, que obedece a los
procesos naturales de la erosión, denudación y meteorización, entre las que sobresalen una
serie de columnas y conos torrenciales situados entre los 1450 y 2100 metros sobre el nivel
del mar.

Su clima es frío. Allí existe un sendero para visitantes que permite apreciar figuras
naturales como el trono del rey y el barco también esta el caminito de la virgen, el paso de
las ánimas, la cueva de la gringa, la chorrera y la ciudad pérdida y también se destacan
hallazgos de urnas funerales y de momias en áreas aledañas a la reserva.

En las caminatas se pueden observar insectos, anfibios, reptiles, y aves propias de zonas
abiertas y semidesérticas.

En 1995 La Playa fue escogida como el municipio mas lindo de norte de Santander, sus
casas tienen simetría arquitectónica.

Para ir de Ocaña a La Playa se necesita viajar en un taxi colectivo o expreso; pues muchos
visitantes viajan en carros particulares.











CASA MUSEO ANTÓN GARCÍA DE BONILLA


Construcción de dos plantas, con teja española y muros de tapia pisada (hormazo). Fue restaurada durante la gestión administrativa del doctor Argelino Durán Quintero en el Ministerio de Obras Públicas (1970-1974).

La Casa Museo Antón García de Bonilla se inauguró en 1973, previa restauración de la casona que hoy ocupa y que se atribuye por tradición oral al encomendero Antón García de Bonilla “El Mozo” quien falleciera en su hacienda de San Roque de Aguachica en 1696. La casona fue adquirida por el Ministerio de Obras Públicas que tenía en su época a cargo la División de Inmuebles Nacionales, luego el predio pasó a INVIAS y finalmente al Ministerio de Cultura, actualmente su legítimo dueño.

A finales de marzo de 2003 se llevó a cabo una primera evaluación de las piezas y entre el 3 y 6 de mayo de 2004 la segunda evaluación por parte de un equipo interdisciplinario de la Universidad Externado de Colombia, haciéndose el montaje de las cuatro salas de exposición con que cuenta el museo. La reinauguración de este centro se hizo oficialmente el 7 de mayo de 2004. En la actualidad (2006) La Casa Museo Antón García de Bonilla esta bajo la responsabilidad de La Academia de Historia por convenio con el Ministerio de Cultura y el municipio, siendo su director Luis Eduardo Páez García.




COMPLEJO HISTORICO DE SAN FRANCISCO



Fundado en 1533, terminado 50 años más tarde. Sus servicios han sido principalmente religiosos y educativos.En lo político alberga en su historial un hecho sobresaliente: La Gran Convención de 1828. Durante la época colonial, se puede decir, en general, que el Convento y el templo de San Francisco prestaron un amplio servicio urbano, para el culto religioso y para la atención a la Juventud.El oficio inicial de su justificación se limitó, en la medida en que se acentúo la desaparición de las comunidades indígenas. El Convento y el templo prestaron un servicio adicional a los sectores rurales. Para la vida urbana, el Convento y el Templo jugaron un papel especial, en el mantenimiento de devociones particulares y de celebraciones solemnes. Desde la época de la colonia hasta nuestros días, la Semana Mayor tiene aquí el refugio del Santo Sepulcro (...). El Templo de San Francisco ha sido lustroso en la religiosidad ocañera.Durante el siglo XIX, refiere el Padre Angarita, funcionó en este sitio la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, entre 1870 y 1889. Una circunstancia natural recordó a los ocañeros la importancia del inmueble pues, en 1894, un temblor de tierra produjo algunas grietas que amenazaba con la caida de las paredes. La anterior situación llevó al Padre Sánchez Fajardo a una campaña de remodelación, entre el 4 de febrero de 1899 y el 16 de mayo de 1901. La atención prestada por los feligreses a la edificación fue complementada con el pedido de renovar la condición de Parroquia y, por ello, desde el 14 de junio de 1903 y hasta 1915 fueron complacidos. Desde entonces el Templo y el Convento dependieron de las religiosas de la Presentación y, el sitio, como dijimos en párrafo anterior, ha servido para actividades del culto.En donde vemos un papel permanente de la unidad Convento-Templo es en la educación. Desde el siglo XVII asistían jóvenes interesados en gramática y retórica, para recibir las bases esenciales con las cuales se trasladarían a otras instituciones con mayores servicios; esta situación duró hasta comienzos del siglo XIX. En 1852 el Convento fue adaptado para el funcionamiento del Colegio de la Democracia (Provincial). En 1889, con la llegada de las Reverendas Hermanas de la Presentación de Tour el oficio del inmueble fue facilitar la educación de las niñas de la sociedad ocañera, hasta 1974, cuando se trasladaron, definitivamente, a un edificio moderno situado en el barrio La Primavera. Al abandonar el claustro las educadoras de la Presentación, el inmueble pasó a la administración de la Seccional de la Universidad Francisco de Paula Santander (...).El templo tuvo su función especial con la Gran Convención de Ocaña en 1828, y con la celebración de los 150 años del evento, en 1978. El hecho de constituirse en un Monumento Nacional, le resalta su papel en la historia del país.Tomado del libro: Signar el PresenteEscrito Por: Jorge Meléndez Sánchez


Templo y Claustro De San Francisco



Su construcción se inició en 1583, con la ayuda de don francisco Fernández de Rojas, hijo del fundador de la ciudad. Durante sus primeros años, sirvió como centro de adoctrinamiento de los indígenas y para facilitar los oficios religiosos de la población, debido a la lentitud de los trabajos de construcción de la iglesia matriz. Fue convento de la orden franciscana y funcionaron allí varios colegios, entre ellos, el de la Presentación (1890).

Ha adquirido renombre nacional y latinoamericano, debido a que en la iglesia, que hace parte del conjunto, se reunió la Convención Constituyente de 1828, cuyo fin era el de modificar la constitución de Cúcuta, expedida en 1821.

En 1875 su espadaña original se vino a tierra debido al terremoto que destruyó a Cúcuta y causó serios daños en toda la región. La reciente restauración a que fue sometido este conjunto histórico dejó al descubierto un óleo y fragmentos de murales de la época colonial de gran valor artístico.